lunes, 7 de diciembre de 2009

Amar a Magdalena

מאפין אהבה Lucas Matus, Miraflores 2009


Buscar a dios en el vientre telúrico de una mujer
y no en las barbas ancianas de un presunto poder omnisciente…


Su apariencia cotidiana en las calles era como la de otros tantos millones de personas más circulando en contrasentido de los señalamientos de tránsito en los semáforos.
Manifestaba con su cara y sus gestos de trajín

(como todos),

la misma prisa, la misma urgencia de llegar a su destino

(lejano y bestial),

el mismo resentimiento sin causa aparente contra causas aparentes

y comprobables solo por la dialéctica del sinsentido común y la descalificación del probable y presunto enemigo.


Bajo sus afeites de persona usual y corriente,

nadie podía imaginar lo que en realidad se escondía dentro sus botas rojas de casquetes polares

y su gabardina violeta con añoranza de vuelos espaciales.

Secretamente amaba a los hombres de uniforme

(confesaron en su biografía inconclusa algunos de sus amantes vestidos de verde camuflaje pero evidentes enemigos de policías y milicos).

Aunque también

(dicen los que le conocieron),

lloraba profusamente cuando alguien no ponía atención a sus afanes.

Sus críticos y detractores afirmaban que ambos actos

(amar y llorar),

eran reminiscencias pueblerinas,

pero bah, a quien le importaba eso,

cuando Magdalena salía de noche desnuda de fervores y dispuesta a entregarse al mejor postor.

Por las noches no le hacían falta esquinas ni calles con nombres extranjeros o rimbombantes,

bastaba un trío de tragos

(de preferencia alcohol maltés),

alguna provocación indecente y por supuesto billeyos verdes de por medio

(en tiempos de crisis y pesos flotantes, siempre son más seguros, los billetes que en dios confían como moneda de cambio),

para corromper su voz y sus vocales

y convertirse en la suripanta que cada noche golfamente emputecía de amor, alabando con su vientre la más brutal y honesta poesía carnal que ningún poeta maldito pudiera concebir si no era entre sus piernas.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Butõh eîgn

¿?Museo de arte de Bogotá, nomeacuerdo 2009

Eugene




Caminos de araña buscando pasos ocultos,
pájaros de piedra que deben echarse a volar.

An-danzas de pies descalzos,
desnudos de miedo,
de incienso que grita silencio,
de manos que buscan siete pasajes
a las galerías más profundas del corazón,
a las caras cuerpo que solo en silencio tienen nombre,
andando despacio todos los caminos bajo la piel,
con la geografía de palmas abiertas sobre las manos otras,
las que se envuelven en tinieblas navegando,
removiendo cada grano de polen sobre los ojos,
descarando las sensaciones detenidas a punta de estigmas,
de calles con gente sin habla,
de pasos con prisa,
envueltas todas ellas en un ladrido de perro
que pesa a losa de cementerio,

y uno desde acá, desde adentro,
tenaz,

sintiendo…

viernes, 27 de noviembre de 2009

Habría que soñar


Mujer a la orilla de la mar (agua y concreto efímeros) Dntzl. CU, Mx 2009

Demasiado ruido no apaga el silencio
demasiado silencio tiene miedo...


Quien sabe…
deberíamos de mirarnos en los otros,
los otros que no son si yo no los miro.

Esta urgencia irnos nos está dejando ciegos,
este correr tras espejismos que duermen en vagones del metro,
en el bus que lleva a casa,
la casa que apenas conocemos,
el poco tiempo que nos queda,
las mínimas palabras que nos faltan,
los muchos decires y los pocos quehaceres.

Nos volamos los ojos para no verlos (a los otros),
y una vez ciegos, nos ponemos unas gafas,
mortificamos la cara,
nos hacemos delgados para no tocarlos,
olvidamos sus nombres,
derretimos cera sobre sus pasos,
marcamos a hierro y fuego la distancia,
los otros que se van,
los ninguno que se queda.

Quien sabe...
Tal vez habría que soñar como si los sueños
no fueran párpados arcaicos
navegando inciertos en un baúl de llaves extraviadas,
como si no nos habitaran imposibles mariposas de ojos ciegos,
amargos calendarios al final de una despedida.

Habría que soñar como si los sueños
no fueran callejones sin vuelta de hoja
o inmóviles piedras anhelando ser un campanario.

Habría que soñar
como si los sueños fueran pájaros de espuma,
caracolas amarillas,
cuerdas de una pianola inventando una canción
en la punta de los dedos,
voces de ocarina nocturna en busca de pasos,
palpitar de aliento húmedo soñando
tenderse a la orilla de una mar en calma
o callejuelas de luna sonando a piedra antigua
en los portales de la casa donde habitan los besos…

Quizá solo habría que soñar...

martes, 24 de noviembre de 2009

¡Con la Rabia de Vivir!

El Gran Blas Villalpando, Foro sOl y LUna, Querétaro, Noveno 2009

Como si nunca el viento arrancara las hojas,
como si las manos fueran palabras que declaran no la verdad absoluta
(brutalmente inexistente),
sino la verdad de un corazón inmarcesible,
como si las miradas fueran aves que nos tocan la piel suavemente
y no quedara más remedio que sonreír,
como si los sueños no fueran milagros
sino posibilidades,
como si el cuerpo no fuera un simple saco
de huesos y pellejo,
sino la voz más profunda,
el único vehículo del arte,
la tragicomedia que nos mueve,
como si tus pasos fueran el camino a seguir…

Así, Blas,
hermano querido
en tu nombre una oración
que nos une desde los más profundo de este corazón abierto!

Con amor, respeto y admiración

Lucas Matus, Ximena Juliett & Denyitzel Ramos

viernes, 30 de octubre de 2009

Requiem por la Justicia





Carnal@s de la acción (a veces reacción):

Aún con la ventana cerrada,
el llanto de la lluvia tiritando sobre las calles desiertas
tiene un eco que suena a voz silente
en el denso hueco de la mudez colectiva.
Alguien tiembla afuera, anónima.


Van 17 Estados cargándole a las mujeres más que presunto delito, castigo.


Alguien le quitó la venda imparcial a la Justicia,
la mutiló y la dejó inválida
o esta envejeció con añejos paradigmas
de otros cruentos hábitos de ser
y no dejar ser.

O lo más cabrón,
la enloquecieron con remilgos de buena educación
y pusieron la venda absurda sobre su boca,
desnudaron su voz hasta hacerla un hilo,
le arrestaron,
tasajearon su piel y su cabello,
marcaron a hierro candente su frente despejada,
se adueñaron de su vientre,
le ataron de pies y manos,
le ahorcaron el vuelo,
y después,
sola y sometida
la ultrajaron los muy cabrones.

¡Hijos del mal dormir!

¿Cómo podemos quedarnos callados?

Intervengamos los espacios… este link http://www.youtube.com/placacanal#p/a/2/MJBwlL5dA3Q
se llama Levantar la voz…
“Aux Funestes Douleurs” No PoesíaDance Performance
por Lucas Matus & Ximena Bacheblue

jueves, 22 de octubre de 2009

Mi locura

Monstralidad. Miguel Matas, 2007



La locura que yo habito no se encierra en ese cuarto vacío de paredes blanquísimas que todos presumen se encuentra tras los altos muros de piedra en la orilla más lejana de la ciudad.

Mi locura explota en los ojos,
surge magma de los vértices más profundos del corazón,
persigue,
busca,
denuncia,
alcanza.

Mi locura es un torbellino y se enreda en laberintos,
unas veces hormiga, otras escarabajo,
mi locura a veces no entiende un carajo,
de lo que pasa adelante, atrás, arriba o abajo,
pero no importa,
siempre sueña que sueña sin dormir-se.

Mi locura grita, manotea, se agita, mariposa, tsunami, danza.

Mi locura no tiene vergüenza y llora cuando tiene que llorar,
no se lame las heridas ni se lamenta,
no cree en la venganza,
no guarda rencores, olvida, se levanta y canta.

Mi locura es enemiga del canto de la cigarra,
del paso cansino,
del trote que cansa.

¡Quien crea que tengo que acallarla o someterla, se equivoca!

Mi locura casi siempre está de fiesta,
¡Sé que a nadie le importa!…
¡A mí tampoco!

Mi locura no huye ni se anda por las ramas,
no finge demencia,
no da pasos de lado como los cangrejos,
no se escandaliza ni se espanta,
mi locura no dura tres cuartos de hora,
ni tiene fecha de caducidad.

Mi locura se rebela frente a la violencia
y contra los hombres que dicen “no fuimos nosotros, fueron los otros”,
contra el que tira la piedra y esconde la mano,
contra el disparo,
la navaja,
el engaño,
el golpe bajo.

Mi locura llora por las que ya no pueden hablar,
por las muertas de Juárez,
de Montevideo, de Madrid, de Río, de Cuernavaca, de Guanajuato
de ciudad Neza y Aztcapotzalco,
por lo que no hice por ellas, por lo que me duelen las que se fueron
¡Por las que siguen matando!

Mi locura protesta contra los comunistas de papel y los izquierdistas de fantasía,
contra los conservadores doble cara que se desgarran las vestiduras,
contra los legisladores de palabra falsa, vana,
contra los profesionistas de la salud que avasallan so pretexto de la objeción de conciencia,
contra los periodistas que mienten, adulteran la noticia o simplemente callan,
contra los políticos que se venden por treinta monedas y cambian de camiseta,
contra los burócratas enquistados que retardan cualquier procedimiento,
contra los bancos y sus intereses crueles y despiadados,
contra el alza de precios,

los impuestos abusivos,
el hambre,
el capitalismo salvaje
y el socialismo dictatorial y estatizado,
contra el poder purpurado perfectamente catalizado,
contra los que abusan de los niños,
los desalmados,
contra la violación étnica y sexista,
contra la vejación, el secuestro y el sometimiento del estado,
contra la injusticia cabalmente institucionalizada,
contra la burla, la hipocresía y la indiferencia,
contra el que inventa, el que engaña, el que mata.
¡Mi locura protesta!…

Mi locura vive alejada de las mujeres mentira,
de los hombres cansados, tristes, del desaliento,
de las caras mustias,
del silencio,
del amor caducifolio,
de las cartas vendidas,
de los barcos abandonados
y de las criptas absolutamente vacías.

Mi locura es un cordero que se disfraza de lobo para no tener miedo,
Y de Drácula para no morirse de viejo.

Mi locura es el vórtice donde gira un quinto de luna que promete ser amarilla
o roja
o eterna
o redonda
o simplemente suya.

lunes, 12 de octubre de 2009

Měsíc říjen

Xim Bachebleu. Zócalo Sept 2009
Hay tardes y tardes



Cuando a Julieta la sustrajeron de su cuna, no sabía si en realidad se llamaba Silvana o Carola, aunque ella siempre prefirió ser nombrada como Julieta.

Quienes la conocieron noches adentro, negaban al resto de los comensales en la tertulia bogotana que la niña de sus manos tuviera los ojos de la condesa señora doña Colima como ellos afirmaban ebrios al compás de una polka y un vaso de cerveza.

Julieta desde sus ojos de niebla se reía para sus adentros y tejía fino desde la ventana.

Cada tarde, al caerse el sol por los tejados del vecindario de añejos edificios verdes y portones apoltronados en viejas costumbres ya para entonces olvidadas, bajaba los cuatrocientos treinta y tres escalones de su laberinto, salía y caminaba despacio por las calles antiguas del barrio "La Candelaria", hasta perderse en la voz sin tiempo del cielo crepuscular.

Hace poco, unos amigos lejanos afirmaron con la mano izquierda en el borde decadente de su sombrero anaranjado de fieltro, que la vieron de lejos y que tenía algo extraño entre las manos, algo parecido al gris olvido y un tanto cercano al rojo silencio.

Probablemente se confundieron, sus ojos ignoran que cada cierto tiempo en las noches del antiguo mes octavo, Julieta hilvana… lunas de fieltro semitransparente e irrefutable color rojizo.

jueves, 8 de octubre de 2009

Msj hipertextual Butoh

Nos fuimos quedando sin voz y ciegos
Monolitos de hueso y carne mirando a la distancia.


Podría uno quedarse callado y el tiempo, el tiempo pasar sin recuerdos… sin memoria...


Sin memoria
podrían nuestras voces envejecer en una hoja amarilla
y después desprenderse y caer desde un árbol en la esquina más distante de tu casa,
un atardecer cualquiera
en que alguno de los dos, sin más motivo que la distancia

se quede callado.

Nos fuimos quedando sin voz y ciegos...



Hipertexteando
Bits de octo 09

viernes, 2 de octubre de 2009

Negro oscuro

Negro oscuro colgado en el mercado de pulgas de la lagunilla, D.F. Mex, 2009


JojojojojoJOJOJO

Ps no sé donde me perdí, el caso es que en el aviso clasificado del mismísimo periódico anterior venía un anuncio que decía así:

El vociferante es un poeta arrepentido, de ahí su exaltación.

Total, cuando vas al link que tiene de referencia (porqué en esta época de troyan warm, los teléfonos ya son obsoletos), te encuentras con la siguiente y extraña forma de narrar el hecho (¿no era un aviso clasificado?)
}:-[]¨.."../.~¬
Negro muy oscuro
.
...Me contó mi sombra que por debajo de la lengua...
DB

Porque no me miran a los oídos
gritó a diestra y siniestra
el (desaforado) conductor del auto negro oscuro,
tras sus gafas de color negro oscuro,
una noche donde nadie contestaba
y solo se oía un ruido parecido a un sonido negro oscuro.

Bbbzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Más tarde,
veinticinco veces bbbzzzzzz,
fue a sentarse donde otros colegas tan dudosos como él
y su traje negro oscuro.

Ante tan profundo bbbzzzzzz,
las miradas de todos los ausentes,
miríadas,
legiones infinitesimales de miradas
(miríadas, insistió el ciego),
cual ojos de moscas
frente a la miel atrapada en un tarro de cristal ambarino
se oscurecieron,
que remedio,
en el vacío de una canaleta diseñada por EmCi Escher.

Con los labios morados,
azulosos,
casi negro oscuro,
el conductor del auto negro oscuro
vertió sus últimas lágrimas diatribas
al darse cuenta del desprecio de Fuenteovejuna por las corbatas rojas
y la ausencia de poesía en las calles de Moneda esquina con Iesus maría.

Ayes,
ashes
y auches
salidos de boca de todos y ninguno,
se escucharon esa misma tarde u otra cualquiera,
a la salida del café botica en el quiebre de Regina,
casi esquina con Mesones,
donde un obsexo señor de traje negro oscuro
se reía a carcajadas (hasta la micción involuntaria)
sin saber ni siquiera o en aras de qué.

Días bbbzzzzzz,
nunca semanas después,
el conductor del auto negro oscuro
con los puños crispados,
como pudo sacó un pañuelo negro oscuro
del bolsillo exterior de su saco negro oscuro
(tremenda hazaña lasagna, ya que tenía los puños cerrados)
y sin comprender bien a bien el resultado,
se retiró a hacer un auto negro oscuro
de contradictoria contrición voluntaria
por los siglos de los siglos.

Emán.



Al sur de la furia...

viernes, 18 de septiembre de 2009

Nublado

Autor conocido, pero del cual se ignora el nombre, Museo Botero

Bogotá, Col. 2009





Tal vez estoy morado,
serán las nubes…



A breaking down and a multiplication of tissue
Con motivo del título de una obra de teatro y otras cosas





Entiendo la verbigracia de un solsticio sin invierno,
la tristeza de las hojas yertas de un libro sin lectores,
la congoja de una silla fracturada y el claudicante tac tac tac tac de la santa muerte en los callejones del arrabal adentro,
el silencioso gotear del tiempo en las espesas paredes de un barrio sin edad,
las marcas de agua y el degradado a 18 grises en las costras ampulosas de la ciudad,
el rostro ajado, las muecas de dolor y la furia de los desheredados,
la miseria miserable de un banquero devenido en capellán,
los nudos en una garganta atropellada,
las palabras en polvorosa,
la vendetta del veneno de alacrán angostando los últimos sueños
y el desliz erótico de dos miradas al borde de un abismo.

Puedo entender la discusión semántica que se desata entre las capas tectónicas de un continente a la deriva,
la distancia terrible entre dos palabras consonantes y un adverbio proverbial,
el agotamiento del eco,
la efímera bocanada de una botella destapada para mitigar el dolor de un trago amargo,
el miedo de las cloacas de ahogar con sus vapores nauseabundos la muerte lenta de los niñosniñas de la calle,
la incertidumbre de los pasos que van de paso,
la garganta seca del náufrago y sus deseos de morir ahogado en el desierto de un vaso de alcohol de caña,
la nocturna humedad abrazadora de una caja de madera,
las putas mentiras en una boca desconocida,
y el silencio como respuesta.

También puedo entender el salto inmortal de un cangrejo en la sonda de Campeche,
la glosa mineral que se escucha a través de las verjas del cementerio de San Fernando,
el cansancio de la fe sin veladoras,
el rush extásico de Santa Teresa y las lágrimas ardientes de un cirio no pascual,
lo absurdo de las fronteras, la sordera voluntaria, la ceguera colectiva,

la indiferencia tácita de los tachos de basura,
e incluso,
puedo entender la caducidad de las promesas a las primeras de cambio.

Sin embargo…
Hay varias cosas que no puedo entender:

¿Por qué pasó Jacinta Marcial tres años en la cárcel?;

La tortura;

La traición, la mentira, y

La violencia que se ejerce de facto y voluntad en el metro, el colectivo, las calles oscuras, las oficinas y las habitaciones familiares.

¿Alguien puede? ¿Alguien me las podría explicar?


Cuicuilco bocavolcán, Mx
Septiembre 18 2009

martes, 1 de septiembre de 2009

Laberinto

Leonora Carrington


Broca y otros estudiosos,
anatomistas, alquimistas,
buscadores de sueños, quirománticos,
nigromantes y uno que otro necrofílico
(porque para entrarle a la disección de un cadáver se necesita sangre fría...),

se encontraron con que el corazón, la pasión
y la vasa vasorum por la que ésta trascurre,
eran algo así como un laberinto,
pero en cuarta dimensión.

Obsesivos como si los persiguiera la mismísima muerte,
estaban afanados en saber que era el amor,
de donde viene,
a donde va,
porqué duele,
porqué a veces se convierte en silencio,
después en escarcha y luego en olvido,
o sea ¿qué carajos era el amor?

¡Había que entrar al interior de las entrañas de tan extraordinaria víscera!
No, no a liberar al minotauro o a hacerle la malagueña a Dédalo.
Había que develar el misterio del amor y por lo tanto del enamoramiento.

Y entraron.
A la fecha no tenemos razón de si lograron salir…

Lo que hace a un laberinto,

es el muro que delimita lo externo de lo interno.

El amor, como el laberinto,
no es tal si se está afuera;
la acción se da dentro,
el laberinto invita a la acción, a su recorrido,
un recorrido que implica descubrimientos, pero también temor.

Está lleno de vericuetos,
de pasillos ciegos,
de alternativas,
de dudas y de posibilidades.

Es una sierpe que nos guía, nos seduce,
nos amedrenta,

nos acompaña
o nos deja solos.

O tal vez el amor es ella misma,
la laberíntica Ariadna que nos lanza el hilo y lo tensa,
transformándose a sí misma en ese lugar de donde no se puede escapar…

Lucas en el laberinto

sábado, 29 de agosto de 2009

Señora del llano al llanto

Ofelia Medina, Señora del escenario, Ollin Kan, DF, Agosto lluvioso del 2009



Al filo de una raíz que es historia
como al estallido de un vuelo zentontle
bajo las sombras que no son sombras
ceiba nocturna, pasosviento
remolinoquimera
una mujer llamada Ofelia
caminó y desnudó garganta
las vocesmujerpalabra más hermosas de una noche lluviosa
bajo las candilejas de un escenario
que hace esquina con la estación del desaparecido tranvía
en las calles verdespiedra
del antiguo pueblo de Tlalpan.

Empuñada la izquierda
esa noche nos arrancó los corazones
a punto de tequila,
palabras y acto.

Salve Ofelia!

sábado, 15 de agosto de 2009

Para las que tienen alas






También somos las que no vemos



La lluvia escampa
y la noche amanece...

y desde ahí desde la humanidad que todos somos
surge una voz que se resiste cansada de resistir...
y levanta la voz
sustantiva
engendra
él, ella, los, las que somos
voz comuna,
voz palabra,
voz nombre
voz mujer
para resistirse en el nombre de todos
a los hombres con piel de cordero,
a las mujeres consigna de cuerpo materno
a la boca del lobo que se esconde tras el miedo.

La resistencia surge de los confines más humanos,
del hartazgo mismo de resistir inexistentes,
anónimas,
paradigmas funcionales de un sistema sexista
que se sirve de nosotros como carne de cañón.

Los murmullos de la humanidad trémula,
los cuerpos sometidos por el pecado original,
el miedo, las costumbres,
los hábitos, las sotanas
Emergen
se hacen voz en la garganta.
Casi silenciosas al principio,
Casi dichas en voz baja.

A veces da miedo pensar…
Hablar tiene una aparente desventaja.

Hablar desnuda, delata.

Muchas veces,
las voces se oyen calladas tras las puertas,
casi oscuras,
angustiadas,
dichas al oído de la madre, la amiga, la hermana, una vecina de confianza.

El silencio tiene un costo,
un hálito teñido de rojo dolor.

¡Y no más! ¡Basta!
¡Levantamos la voz!

Y desde ahí desde la humanidad que todas somos
surge un mar de voces que se resisten

cansadas de resistir...








La No poesía en la


Casa Mota, Querétaro.


Sobre la autonomía reproductiva de la mujer
Sesión de puntos constitucionales
Congreso del Estado
Agosto 13, 2009

domingo, 9 de agosto de 2009

Teorema

Gante, DF. Pasos más, pasos menos. 2008 Lucas Matus




November 27, 2007




El hombre de blanco me miró con insistencia de arriba abajo, sacó un aparato plateado de un estuche negro, oprimió un botón y disparó sobre mí una luz negra.
Sin previo aviso, me tapó un ojo, después el otro, y se metió en mi cerebro a buscar no sé qué cosas.
¡Imsomnia! dije yo ¡Amnesia! dijo él.

María se cansó de buscarme. Yo me cansé de buscar la palabra precisa.

Ando tras de mis pasos 1,1,2,3,5,8,13,21,34,55,89... Nueve eterno.
Por eso, prefiero el juego de los adoquines, las baldosas, los mosaicos, los azulejos, los caminos.
El albañil supone que es el azar o las dimensiones arbitrarias de la superficie a cubrir, pero yo sé, que hay un destino predeterminado.
Cansado de tanto caminar, me senté a la vera de un jardín a reposar el futuro que camina por delante de nosotros.
Después de mirar con curiosidad algunos de los arbustos cercanos a mi banca, un niño preguntó a su padre el significado espiral de los pétalos, las hojas y las espinas sobre los tallos de las plantas, el padre dijo, no importa ¡córtala!
Filotaxia… dije yo.
¡Está loco! dijo él, y lo haló de una mano alejándose de ahí.

¿Y María? Ya no recuerdo bien su rastro, sólo sus gestos y su mirada despidiéndose. Ella, era como la sierpe que se muerde la cola, matriz de todos mis amaneceres y musa novena en el silencio místico de las noches eternas.
Ma rí a…

Hace tiempo que veo a algunas personas acercarse a esas cajas sobre los pedestales donde dice teléfono y hablar solos, hablar a solas.

Tengo curiosidad por lo que hacen, es un ritual extraño.
Hace horas que llegó el ocaso, las calles están vacías, se respira un aire raro como el de aquellas noches místicas.
En la esquina, está sola una caja sobre su pedestal, es momento de saber la verdad.
¡Lo sabía! Dentro ¡Hay una maquina con números en filas!
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Uno, dos, tres;
seis y tres, ¡Nueve! Claro… Tres, seis, ¡Nueve!
¡Ja!
Y dicen que estoy loco… ¡Perdónalos Jonás, no saben lo que dicen!
¡Fibonacci yo te invoco en cada digitación! 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89


-¡Alo! Deposite dos monedas, ésta es una grabación…

¿María?

martes, 4 de agosto de 2009

Retruécanos Batman !!!

Desde el escepticismo temporal
Julio último, 20..
Miraflores, Mx





A modo del antiguo correo,
con todo y sello postal

Bruja Escaldufa:

Ah!
No pos sí,
primero lo primero… [palíndromo cercano]…
ugh…cerca la bala…
eso que ni que… {palíndromo imperfecto}…
Time is time…
No pos no…
o ¿sí?

No sé qué decir de ese mal de la modernidad… El tiempo…
será porque soy más guevón
o porque el tiempo tiene un nombre que suena a olvido,
o porque detesto los grilletes en las muñecas,
los aniversarios luctuosos,
los primero de Enero,
sumar de 12 en 12 o pensar en 24,
las revisiones indignas en terminales y aeropuertos
y las carreras por pasillos y escaleras para chequear on time,
los horarios de oficina,
lo finito de las hojas, las flores, los besos y los tragos de cantina,
las promesas horarias,
las casas amarillas que no están a veinte pasos del palo de mango.
También detesto
las manecillas persiguiéndose absurdas
una tras de otra la cola.

¡Maledetto tempo inalcanzable!

- ¿Piensa lo que digo? O ¿digo lo que piensa? -
Pensó en voz alta el remitente.
- ¿Hay que nacer para morir? o ¿Hay que morir para nacer?-
Dijo William desde una esquina del sofá después de dar una profunda bocanada a su cigarrillo y quedarse mirando al infinito.
-¿Retruécanos?- Preguntó Batman como si no hubiera escuchado correctamente.
El viento movió las cortinas con un poco de pereza (No tenía ganas de pelear).
Los hilillos de humo del tabaco ascendiendo hacia el cielo raso, tampoco se dieron por aludidos.
- ¡Gracias Mr. Shakespeare por sembrar la duda con tanto desparpajo!-
Rezongó una voz que salía de la panza de una caja de tiempo sin poleas.
- Tic tac – Agregó Clepsidra con cara de larga data.
- ¡Ja! ¡Las cosas son como son! - dijo Pleonasmo sentado a horcajadas en la orilla de la obviedad.
- Y si no… - Aguzó la aguja


¡Tiempo al tiempo! …

sábado, 18 de julio de 2009

Entre ríos


¡Mja!

En el aliento semiconsumido de un vaso de alcohol navegaban un par de quimeras
Una de ellas tenía el pelo variopinto y desde una orilla dijo: las calles están desiertas
La otro desde la cresta de una ola en ese olor a mar incierto se miró al espejo convexo y también dijo: no importan un par de palabras escribir no necesario comprender este mar de sensaciones es demasiado

¡Ña! Dijo el vaso

En la mesa (donde también estaban todas ellos) un par de hojas en blanco
un lápiz sin punta

Doler dolar dolor oler olar dolor

No escriba ¡No!

Una de las hojas impúdica se arrancó las líneas
La que estaba abajo se sorprendió
¿Has perdido la cabeza? le recriminó ¿Cómo puedes arrancarte las líneas si ambas estamos vacías?

Hoy amanecí morado por no decir lluvioso entre ríos de palabras (pájaras)
sin un remo sin barco sin vuelo sin velas sin vaso sin comas
Me levanto y digo: ¡Que alguien le sople a las telas!
La ventana hace el intento pero es demasiado temprano
tal vez la noche vuelta vuelva vuela vela

En la mesa el lápiz se suicidó comiéndose la goma

La mesa el vaso las quimeras el cadáver del lápiz las hojas lastimeras

Mayo 30 y descontando…

martes, 14 de julio de 2009

¿De que va la vida?

Graffopoesía en Ecatepec, Mx. Sad Clown, Julio 4, 2009





¿De qué va la vida?

De qué va la vida se pregunta uno con los ojos llenos de sueños y poesía.

- (Mientras los politicastros se burlan con la boca llena de su razón)-

Miras correr al hambre tras los pasos infantiles de amigos y vecinos,
la miras correr todos los días infatigable tras tus pasos,
pero no huyes,
te paras firme,
los zapatos rotos, la palabra constante
las manos en las ganas,
el desafío en las venas,
¡y la enfrentas!

Porque otros tienen más hambre y más miedo que tú.

Con los años,
unos mueren de inanición,
de enfermedades prevenibles y curables
y otros,
otros en el abandono de las calles.

Tú sobrevives y te preguntas:
¿De qué va la vida?

Llegan las promesas sexenales, trianuales,
las de todos los días de campaña política,
el voto cebado en la fe y la esperanza de los hombres de a pie,
la de los marginales,
los periféricos,
los deambulantes de las calles,
la de los sin techo y la de los sin apellido de abolengo
o herederos de los puestos gubernamentales.

¡Qué fácil es medrar con el hambre y la ignorancia!

- (Mientras los politicastros quitados de la pena, sin el menor asomo de pudor o arrepentimiento, roban, perjuran, domeñan y defecan en tus sueños) -

Que ya no haya reprobados,
que todos pasen al siguiente grado hasta obtener un título de licenciado,
aunque no sepan leer o conozcan la diferencia entre propio derecho
y sometimiento del estado.
Que todos se tapen la boca, que nadie salga a la calle,
porque la muerte ronda en el aire,
porque denunciar las transas del estado es para ellos un atentado,
que todos se aíslen, que nadie se hable.

Los nuevos Orson Wells y Gobbels mexicanos de la mano,
dueños de legislaturas, periódicos, televisión y radio.

¡Qué fácil es medrar con el miedo y la ignorancia!

Cuando ya pensabas que no había otra manera de expropiarte de tu cuerpo, libertad y propiedades, descubres que los políticos depredadores no solo viven en zonas selectas y rodeados de guardaespaldas, en curules de San Lázaro o Donceles, en los Pinos o en ayuntamientos y palacios municipales y estatales, sino que también viven incrustados en las más ínfimas y absurdas guaridas de las instituciones culturales.
Elefantes blancos disfrazados de bibliotecas devenidas en esqueletos de un sexenio, chorrocientas convocatorias y premios e infinésimo de amigos, sobrinos y compadres.
Un escritor católico confesional que usurpa la literatura y la intertextualidad para hacerse del Aguascalientes de poesía 2009, jurados que tienen el veredicto de antemano y una serie de aplausos y complicidades como pide el guión
y pa acabarla de chingar, una burócrata de cuarta que se apaña unos pesos colgándose de la graffopoesía y de la voz sin cuerpo
de ehecatépetl y Zona Norte Colektivo,
pa que les cuento más…

Todos sobre el agandaye.

-(Que se chingue el próximo prójimo, que al cabo no soy yo, dicen los politicastros)-
-(Si no ha de llover, mejor que sea sobre las milpas de mi compaye…
Insisten los cobardes)-

Hombres y mujeres lapas,
lacayos de 30 monedas,
emisarios de la corrupción barata,
el último eslabón del moche, la mordida y el cochupo,
expertos en bloqueos y trámites burocráticos,
el cuento de nunca acabar,
Kafka redivivo reescribiendo el proceso,
profundo laberinto de las huestes del poder,
la vida imposible.

Al final de la tarde te miras las manos poetas,
las manos graffiteras,
las manos voz,
las manos mujer y hombre,
las manos palabra
y preguntas:
¿De qué va la vida?

Sino seguir andando

Así que mujeres y hombres,
¡Que no nos callen la voz!
¡Que no nos aten las manos!
¡Que el grafo sea glifo,
mensaje, señal, símbolo!

¡La voz de todos en las calles!


Lucas Matus y la No poesía para sus carnales
México Tenochtitlán
Julio 14, 2009

domingo, 12 de julio de 2009

Slam Poetry en Casa Talavera UACM

Noticia de última hora!!!!

El único No poeta, fusionista subterráneo y vecino de las calles de la Portales, obtuvo el primer lugar del gran Slam poético realizado en la Casa Talavera, sede culturosa de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Después de tres rondas poéticas, Lucas y su No poesía se llevó a la bolsa el premio en efectivo y un bonche de libros... Saude...

jueves, 2 de julio de 2009

Desde adentro


Algún lugar, Sta María la Rivera, D.F. Lucas Matus


Que angosta es la memoria de la nostalgia...


Ese día desde el octavo piso, la vista de la ciudad tenía un aspecto diferente y Erubiel no tenía la certeza de si era una nube incrustada en sus ojos o minúsculo polen expelido por las alas fracturadas de una mariposa nocturna e irremediablemente extraviada, pero eso poco importaba. No estaba para minucias.
Cuando perdió las alas no hubo diluvio suficiente para llenar los ríos de sus ojos, pero de eso había pasado mucho, mucho tiempo.
Sus pensamientos no eran propios o racionales o consecuentes en sentido estricto, aunque tampoco eran automáticos, torpes o vulgarmente insensatos.
Tenía la sensación de flotar en sus propios fluidos, como si su cuerpo fuera un contenedor extraño. ¿Un útero? ¿Un continente hermafrodítico? ¿Morir para nacer?
En el octavo piso, el borde ligeramente elevado que hacía las veces de límite de la techumbre ya no marcaba ninguna frontera, un paso más y estaría…
Esta consideración le hizo detenerse de pensamiento, palabra y obra. ¿Dónde? ¿Abajo? ¿Al fondo en la acera frente al edificio? ¿En una caja de pino, hecho calcomanía? ¿Atrapado entre la maraña de cables que cruzaban el espacio aéreo entre un poste y otro? ¿Volando sin rumbo fijo como globo sin dueño? ¿Liberado de sí mismo?
¡Qué absurdo es todo esto! dijo, con el pie izquierdo al filo de un paso congelado en un instante que tampoco tenía importancia. Una serie de imágenes llegaron a sus ojos casi ciegos: Un equilibrista de madera eternamente condenado a ser el fiel de una balanza que no era balanza, el personaje olvidado en un cliché que se mira a través del fotorama abandonado en el ático imaginario de la abuela inexistente, un pararrayos, un madero víctima de naufragio a la deriva, él mismo al borde del abismo.
Se acordó de ella, de sus ojos inmensos que tenían un dejo a mar y arena. El céfiro susurro una canción extraña en sus oídos, una extraordinaria calma le invadió.
Dejarse caer en el viento de esos ojos era negar el abismo bajo los pies como el ángel que se sabe sin dios y sin averno. Cerró los párpados y terminó de dar el paso.
Caer,
caer al vuelo sin caer,
casi humano, casi sangre,
casi ángel,
casi viento.

Amén

sábado, 27 de junio de 2009

La otra vida en los ojos de Semuel

El diablo en los detalles, D.F. Lucas Matus



Para la Carla Sais

En un mundo de brujas y dragones, no queda sino el viento


Nadie podría asegurar a ciencia cierta cómo fue el despertar de cada uno de los presentes en el recinto, probablemente el único que lo sabía de cierto era el propio Semuel desde el centro del estrado, sentado tranquilamente, en su amplio sillón de gobelino y terciopelo rojo, mirándo a todos los espectadores regresar a sus propias vidas después de presenciar y ser partícipes involuntarios del acto fantástico de transmutación corpórea tal como anunciaba el anuncio luminoso en las marquesinas del teatro.

Nadie reparó en el brillo siniestro que se acentuó en los ojos del mago.

Salvo él, todos estaban atrapados en la ilusión o por decirlo mejor, creyéndose recién salidos del ensueño.
Ninguno había escapado al influjo, ni aún los técnicos y tramoyistas tras bambalinas, ni la jóven taquillera en su pequeña celda de castigo.

No fue sino hasta que Semuel levantó su larga y fina copa hacia el reflejo cenital del escenario y miró a trasluz del vítreo espejo circular que era la pared perpetua de la copa, mirando con curiosidad esa imagen de aparente transparencia, quizá por ocio o aburrimiento, o simplemente por el placer de degustar de un trago de un vino tinto con tal vocación por la muerte y el llanto como el licor que tenía contenido en esa cárcel de cristal entre sus dedos (eso habría que preguntárselo también a él), que se hicieron conscientes de su presencia en el escenario, aunque esto no fue suficiente para ubicarlos en su propia circunstancia temporo espacial, si es que ésta existía.
La duda siguió sembrada en sus cabezas y un estremecimiento les recorrió la espalda a pesar del caluroso aire encerrado en la sala, aunque tampoco comprendieron el porqué de dicha sensación.
Muchos, por no decir todos, habían descubierto en el espejo que puso el ilusionista frente a sus ojos, los rostros de todo el mundo, excepto el de ellos mismos, aunque en realidad si somos honestos, no pudieran en ese momento diferenciar entre una y otra realidad.

Un ángel sempiterno que caía desde un octavo piso sin entender si volaba o en el sueño eterno se sumergía, una gata que susurraba maullidos con la fuerza de un rayo contenido en la boca de un otro hombre leopardo que la buscaba desesperado cada noche en las habitaciones del Motel ocho en las inmediaciones de una calle cualquiera en un lugar que no existía, una plañidera que lloraba de oficio al pie de un féretro supino, el redactor del obituario que no recordaba haber mencionado los nombres y virtudes de los difuntos recién conocidos en la edición matutina del periódico que aún no había salido de las prensas, una mujer cantando a Diamanda Galas que se descubría misterio y velo en los entramados especulares de su propio reflejo, ellos mismos como escuchas vouyeristas tras las paredes vecinas a la habitación felina.

En ese momento no podían distinguir entre la duda de lo no vivido, el sueño, la ilusión, el deseo, un deja vû o un aparentemente momentáneo e insensible cerrar de ojos...
Todos se levantaron de sus asientos, pálidos, fantasmales, semidormidos y se dirigieron a la salida.

La razón se les deshacía en las manos, mientras el brillo fatídico de los ojos negros de Semuel los guiaba más tarde en el camino de regreso a casa,

a la que en realidad,

nunca regresaron.


Madrugada

lunes, 15 de junio de 2009

Exquisito cadáver en los 9´s poéticos

"Regina en la voz de la Llorona", Junio 9, 2009 Corredor Regina D.F. Lucas Matus

(La Llorona dice...)




¿Quién soy yo sino lo que he hecho de mí?
¿Quién soy yo sino un par de ojos sin rostro,
en obsesión de imágenes
incapaz de narrar historias...

¿Quién soy yo sino lo que han hecho de mí?
¿Quién?

Veamos juntos a la niña gato
a la sirena serpiente
cabalguemos hasta hacernos de hielo
y susurrar entonces, Nanas a la Muerte

¿Quién soy yo sino un corazón tentado al vacío?
Ya sin lágrimas y sin arrugas...

¿Quién soy yo en aquellos fríos ojos?
Si no pueden llorarme...

¿Quién?
¿Quién sino la Muerte?

¿Quién soy yo si no te veo mirarme?



No existe el amor dicen unos...
¿Quién soy yo entonces, sino La Muerte?


Carla Sais


Su voz sonaba como huesos desnudos en la boca de un cocodrilo…



Murmullos coagulados penetran mis oídos como puñados de tierra húmeda cayendo sobre la puerta al infinito.

Miro alrededor y solo veo vacío.

Personalmente no creo en dios ni en el infierno,
ni en el azul del cielo,
ni en la fortaleza telúrica de las piedras,
acaso tal vez
en el abrazo inmutable de un cajón de madera.

¿Que sigue después? ¿Cuando la fe ha muerto?

Cuando se respira un aire de cristales molidos y los ojos son un par de ríos,
cuando los huesos no son más que polvo en el camino,
cuando la mentira es la única verdad,
cuando el silencio grita a voz en cuello que la muerte irreductible
es mucho más simple que la incertidumbre que acecha siempre a la vuelta del portal
y que el siguiente paso que das hacia la nada,
es la nada que nada significa.

¿De qué me sirven tus ojos llorona?

¿De qué me sirve llorar?




Lucas Matus

jueves, 28 de mayo de 2009

Caben

¿XIII? número indefinido…


En el hueco de un umbral se esconden las sombras,
los dientes astillados de la noche,
el silencio que huele a madrugada,
la desesperación,
el miedo…
viejas telas de araña,
gente dormida,
pasos que van de paso,
secretos inconfesables

el ancho de unas alas…

En el hueco de las manos cabe un nombre
Caben todas las expresiones, miles de palabras,
Cabe la geografía de una espalda desnuda, la suya.
En ese vacío que es todo y nada
se acomodan clandestinos deseos,
Caben sus ojos,
los besos distantes,
los abrazos, el sueño…
Caben.

En el vano de una puerta vacía
en el hueco de una sola mano,

también cabe el viento,

el vuelo,
una despedida.

Hay veces voces que uno busca



Hay veces voces que uno busca, no para compartir el miedo,
aunque hoy igual
se lo platique de otra forma…


¿Sabe?

Anoche tenía miedo... un miedo absurdo pero cierto. Un miedo sin nombre o más bien tenía entre los ojos un nombre que da miedo nombrar.
Así que cobardemente me encerré entre estas cuatro paredes, eché el cerrojo y clausuré las ventanas, intenté escribir, (no desconecté el teléfono, ¡eso era demasiado! Por otro lado, era improbable que alguien llamara a media madrugada), pero apenas pude teclear un par de líneas y releer incansablemente otras que ya estaban escritas, unas sin acabar de entenderlas (una novelita mediocre, sin importancia) y otras repitiéndolas casi de memoria (cartografía efímera).
Medio vaso de vino tinto no fue suficiente para amedrentar al miedo ni para dejarlo salir, al final no hacía mucha falta, porque también clausuré la boca sellando los labios con el humo de quince tabacos. ¿Será autocensura? No lo creo, es asunto de vecindario, una cosa es que llenes de humo tu piso y otra, que grites por la ventana sin tener voz de borracho.
Poco a poco la sala se fue llenando de un humo denso, de fantasmas. La ausencia de un viento verdadero era tal, que permitía ver enrollarse al filo del cielo, las delgadas agujas de humo surgiendo de la brasa del cigarrillo consumiéndose en el cenicero.

El vientecillo que cotidianamente y a cualquier hora, se cuela por los resquicios de puertas y ventanas y que en ese momento discurría lento, casi inmóvil, permitía solo el mínimo recambio de aire requerido para no morir de asfixia.

Tony Lavin se repetía constantemente en un sax extravagante en la habitación del fondo… y yo, anclado frente a la pantalla, al borde del escritorio.
Sabía que no podía dirigirme a la habitación, la cama era como llegarse a la orilla del precipicio y aventarse sin alas al vacío. ¿Cómo dormirse con los ojos ciegos?

Para ese momento solo tenía dos opciones: abrir las ventanas o morir en el intento. Pensé en un cuartito de diazepam, pero la caja vacía en un cajón de un armario que hace las veces de botiquín, era la evidencia de su casi total incapacidad de proporcionarme al menos un sueño profundo, no tenía caso doblar la dosis (dicen que causa adicción…), así que deseché la idea.

Abrí las ventanas en la creencia de que tal vez el aire de las doce de la noche podría poner al miedo en su lugar. Muy en el fondo de mí, seguía esperando más bien al cansancio. Los momios se cargaban hacia el lado de usar el tiempo y no pensar. ¿No pensar? ¿Y cómo carajos puede alguien poner atención en algo, si no está pensando? Qué conflicto. ¿Yoga? ¿Meditación trascendental? ¿Reiki? ¿Y luego qué? ¿Te duermes? ¿Así de fácil?
El asunto no es dormir, sino lo que vas a encontrarte en el trayecto del sueño.

Opté por la forma más difícil, seguí aferrado a la máquina de escribir.
Pensé que no tenía que tener miedo de tener miedo. Sin embargo, me sentía como Montevideo sin Benedetti* …“Tengo tantos muertos hechos polvo entre las manos”…

Era media noche, las calles del barrio estaban vacías, todo sucedía acá dentro. En cualquier otro caso, el depa sería una fiesta, pero sin ruido, salvo que anoche no había invitados y tampoco había fiesta.
Preferí ser antisocial que mostrar mi cara de vagabundo sometido por el miedo. Era como la consigna de Garrick; si no podía hacer reír, tampoco tenía que hacer llorar.

Mantuve desconectado el cable amarillo de internet aunque la maquina no lo necesitara (tiene conexión inalámbrica). No importaba que pensaran que tengo hábitos de pollo. Dormir no es mi hobby, pero, bueno…
En un momento dado, estuve tentado a mirar por el ojo de la cerradura para saber si usted se encontraba del otro lado, pero mantuve el anonimato, preferí buscarla en otro momento menos inoportuno.

Cuando hubiera pasado el miedo.

Hoy es otro día.

Besos…

miércoles, 27 de mayo de 2009

Tenue


Imagen: "Tenue" Mar (Buenos Aires)



Como lumen
que promete tras el portón un encuentro de quimeras hechas nudo al viento
Ella asoma por el ojo de la cerradura su mirada suave de aguja…


Laberinto de ondas y espumas…

viernes, 22 de mayo de 2009

Xym

Estudio sobre Leonora Carrington. Lucas Matus


¿Que hay en la cabeza de Medusa?


Una calle sin nombre?

Pasos cortos como de hormiga?

Humo que sabe a limones?


o todo?....

X

Registro deambulatorio: Cine Olympia, DF, Lucas Matus



De pronto ando en tantos caminos,

que todos son lo mismo

o ninguno...

lunes, 18 de mayo de 2009

Montevideo sin Benedetti...

Tengo tantos muertos hechos polvo entre las manos,
que mi voz
ya no es más que un murmullo de hojas secas al filo de una despedida.

Tengo el sueño detenido detrás de los párrafos abiertos,
el insomnio constante de una estatua en la plaza Cagancha
y el miedo fúnebre de una mañana sin adiós.

Tengo hielo en la garganta
y una hilera de blasfemias hechas nudo,
listas,
dispuestas
para hacer la guerra al dios Moloch
y tomar venganza…

Tengo la soledad muda de las piedras
y el frío de una casa abandonada
que se aferra a la humedad angosta de las puertas que ya no son entrada.

Tengo tres acordes de guitarra repetidos,


tengo nada…


Hay un silencio espeso...

Para morir nacemos dicen los fatalistas…

Muerte persistente y vilipendiada
Muerte que esfacela, que descarna


Muerte silente y muerte anunciada
Muerte persecutoria y obstinada


Muerte liberadora, muerte descarada
Muerte implacable, muerte venerada


Muerte ineludible, inevitable
Muerte oscura, muerte enmascarada


Casi nunca codiciada,
pero siempre,
siempre alcanzada…

…¿Quien persigue a quien?…

viernes, 8 de mayo de 2009

So…

Cliché: Invierno Montevideo. Lucas Matus



Al final eres el piso sobre el que estás parado.

Y no importa entonces la densidad de las sensaciones,
ni quizá el color de cada una de ellas,
tal vez no importa nada…

Y podés caer una y otra vez,
una y otra vez
y nunca llegar…
¡Y tampoco importa!

La radio suena,
ni fuera, ni dentro,
solo suena
y me dan risa los poetas automáticos, y las reglas gramaticales y la sintaxis y como suenan las palabras
¡y tampoco importa!


Pero la risa no es la risa.
Y se dibuja
y tal,
se mueve por la sala, el pullover, la estancia, los brazos o las piernas o tu espalda, qué sé yo…
¿Caer?
¿Donde es caer?
¡Si al final eres el piso sobre el que estás parado!

domingo, 26 de abril de 2009

Lunamarga






El misterio no estaba en la máscara que era incapaz de socavar su garganta
o en el maquillaje de hielo que algunas veces por las tardesnoche se ponía,
ni tal vez en la tierra hecha polvo que arrasaba impúdico sus pantos negros al compás de una danza azarosa y sombría.
Tampoco importaba el periplo de uno de sus nombres que esa noche no acababa de llegar
o su voz que se arrastraba serpiente y sonora por los caracoles del viento crepuscular.
Ni siquiera vaya,
el secreto estaba en los pájaros de espuma que sus manos densas en las alas del hálito noctífago
sabían dibujar.
El misterio era,
que esa mujer de ojos alfileres y sombrero verde
silencio distante,
pasos pájaro,
telúrico vientre
tenía dos nombres consecuentes



un solo extravío…

Abril 24, 2009
En los caminos de Ecatepec

viernes, 17 de abril de 2009

Se ocupa ser muy lobo

Naturaleza muerta. Miraflores, DF. Lucas Matus



Se ocupa ser muy lobo para ponerle pasos de gitano al camino,

Se ocupa no tenerle miedo a la distancia

para arrancarse de la piel

los vestigios de una ciudad que se derrumba.

Se ocupa quitarle el seguro a las ventanas
para lanzarse al vuelo

y morir en el intento...

Se ocupa…

jueves, 16 de abril de 2009

Piso 19


Sombra

Rambla Mahatma Gandhi, Mtv. Uy. 2008 Lucas Matus



Los otros no ven lo que en realidad somos,
sino lo que nos empeñamos en querer mostrar…



Bruno sintió una vibración catastrófica en su cercanía.
No era el piso lo que se movía convulso,
fue un mensaje de texto lo que lo cimbró.

En ese momento todo giró en el piso 19.
Miró a su alrededor pero nadie parecía estar mareado como él.
Definitivamente era un temblor propio,
cuyo epicentro parecía estar a la izquierda de su pecho.
Por instinto quiso escapar,
huir lejos del inminente derrumbe.

Salió a la terraza con un ancla en los pies para no aventar los ojos al vacío.
Se acercó al borde,
sacó y encendió un cigarrillo,
en tres bocanadas quiso resolver la situación,
pero se sintió como una veleta al viento,
sin sextante y sin Ariadna.

Como pudo llegó hasta el cubo del ascensor.
Una vez ahí y a pesar del vértigo del cisma,
se le dibujó en la boca una sonrisa de ironía.
Miró de soslayo para ver si alguien se acercaba,
sacó de su bolsillo un marcador indeleble
y con mano firme escribió una sentencia sobre el tablero de botones: Descensor.

Desorientado y mudo abandonó el edificio,
salió a la calle justo a un costado de la embajada norteamericana
y escupió dos veces.
Una por el colonialismo
y la otra por la angustia nauseabunda que experimentaba.

Después de caminar sin rumbo sobre el Paseo de la Reforma
se detuvo a escuchar el ruido de sus pasos,
pero no escuchó nada,
como si sus pies no hicieran contacto con el suelo.
Ni siquiera pegando el oído al pavimento pudo escuchar la mínima sombra de algún eco.

Con la certeza de que todo es mentira
incluso hasta la emancipación de la ángel atrapada en su columna,
se fue por ahí,
vacío, hueco,
caminando con sus pasos de fantasma.