viernes, 30 de octubre de 2009

Requiem por la Justicia





Carnal@s de la acción (a veces reacción):

Aún con la ventana cerrada,
el llanto de la lluvia tiritando sobre las calles desiertas
tiene un eco que suena a voz silente
en el denso hueco de la mudez colectiva.
Alguien tiembla afuera, anónima.


Van 17 Estados cargándole a las mujeres más que presunto delito, castigo.


Alguien le quitó la venda imparcial a la Justicia,
la mutiló y la dejó inválida
o esta envejeció con añejos paradigmas
de otros cruentos hábitos de ser
y no dejar ser.

O lo más cabrón,
la enloquecieron con remilgos de buena educación
y pusieron la venda absurda sobre su boca,
desnudaron su voz hasta hacerla un hilo,
le arrestaron,
tasajearon su piel y su cabello,
marcaron a hierro candente su frente despejada,
se adueñaron de su vientre,
le ataron de pies y manos,
le ahorcaron el vuelo,
y después,
sola y sometida
la ultrajaron los muy cabrones.

¡Hijos del mal dormir!

¿Cómo podemos quedarnos callados?

Intervengamos los espacios… este link http://www.youtube.com/placacanal#p/a/2/MJBwlL5dA3Q
se llama Levantar la voz…
“Aux Funestes Douleurs” No PoesíaDance Performance
por Lucas Matus & Ximena Bacheblue

jueves, 22 de octubre de 2009

Mi locura

Monstralidad. Miguel Matas, 2007



La locura que yo habito no se encierra en ese cuarto vacío de paredes blanquísimas que todos presumen se encuentra tras los altos muros de piedra en la orilla más lejana de la ciudad.

Mi locura explota en los ojos,
surge magma de los vértices más profundos del corazón,
persigue,
busca,
denuncia,
alcanza.

Mi locura es un torbellino y se enreda en laberintos,
unas veces hormiga, otras escarabajo,
mi locura a veces no entiende un carajo,
de lo que pasa adelante, atrás, arriba o abajo,
pero no importa,
siempre sueña que sueña sin dormir-se.

Mi locura grita, manotea, se agita, mariposa, tsunami, danza.

Mi locura no tiene vergüenza y llora cuando tiene que llorar,
no se lame las heridas ni se lamenta,
no cree en la venganza,
no guarda rencores, olvida, se levanta y canta.

Mi locura es enemiga del canto de la cigarra,
del paso cansino,
del trote que cansa.

¡Quien crea que tengo que acallarla o someterla, se equivoca!

Mi locura casi siempre está de fiesta,
¡Sé que a nadie le importa!…
¡A mí tampoco!

Mi locura no huye ni se anda por las ramas,
no finge demencia,
no da pasos de lado como los cangrejos,
no se escandaliza ni se espanta,
mi locura no dura tres cuartos de hora,
ni tiene fecha de caducidad.

Mi locura se rebela frente a la violencia
y contra los hombres que dicen “no fuimos nosotros, fueron los otros”,
contra el que tira la piedra y esconde la mano,
contra el disparo,
la navaja,
el engaño,
el golpe bajo.

Mi locura llora por las que ya no pueden hablar,
por las muertas de Juárez,
de Montevideo, de Madrid, de Río, de Cuernavaca, de Guanajuato
de ciudad Neza y Aztcapotzalco,
por lo que no hice por ellas, por lo que me duelen las que se fueron
¡Por las que siguen matando!

Mi locura protesta contra los comunistas de papel y los izquierdistas de fantasía,
contra los conservadores doble cara que se desgarran las vestiduras,
contra los legisladores de palabra falsa, vana,
contra los profesionistas de la salud que avasallan so pretexto de la objeción de conciencia,
contra los periodistas que mienten, adulteran la noticia o simplemente callan,
contra los políticos que se venden por treinta monedas y cambian de camiseta,
contra los burócratas enquistados que retardan cualquier procedimiento,
contra los bancos y sus intereses crueles y despiadados,
contra el alza de precios,

los impuestos abusivos,
el hambre,
el capitalismo salvaje
y el socialismo dictatorial y estatizado,
contra el poder purpurado perfectamente catalizado,
contra los que abusan de los niños,
los desalmados,
contra la violación étnica y sexista,
contra la vejación, el secuestro y el sometimiento del estado,
contra la injusticia cabalmente institucionalizada,
contra la burla, la hipocresía y la indiferencia,
contra el que inventa, el que engaña, el que mata.
¡Mi locura protesta!…

Mi locura vive alejada de las mujeres mentira,
de los hombres cansados, tristes, del desaliento,
de las caras mustias,
del silencio,
del amor caducifolio,
de las cartas vendidas,
de los barcos abandonados
y de las criptas absolutamente vacías.

Mi locura es un cordero que se disfraza de lobo para no tener miedo,
Y de Drácula para no morirse de viejo.

Mi locura es el vórtice donde gira un quinto de luna que promete ser amarilla
o roja
o eterna
o redonda
o simplemente suya.

lunes, 12 de octubre de 2009

Měsíc říjen

Xim Bachebleu. Zócalo Sept 2009
Hay tardes y tardes



Cuando a Julieta la sustrajeron de su cuna, no sabía si en realidad se llamaba Silvana o Carola, aunque ella siempre prefirió ser nombrada como Julieta.

Quienes la conocieron noches adentro, negaban al resto de los comensales en la tertulia bogotana que la niña de sus manos tuviera los ojos de la condesa señora doña Colima como ellos afirmaban ebrios al compás de una polka y un vaso de cerveza.

Julieta desde sus ojos de niebla se reía para sus adentros y tejía fino desde la ventana.

Cada tarde, al caerse el sol por los tejados del vecindario de añejos edificios verdes y portones apoltronados en viejas costumbres ya para entonces olvidadas, bajaba los cuatrocientos treinta y tres escalones de su laberinto, salía y caminaba despacio por las calles antiguas del barrio "La Candelaria", hasta perderse en la voz sin tiempo del cielo crepuscular.

Hace poco, unos amigos lejanos afirmaron con la mano izquierda en el borde decadente de su sombrero anaranjado de fieltro, que la vieron de lejos y que tenía algo extraño entre las manos, algo parecido al gris olvido y un tanto cercano al rojo silencio.

Probablemente se confundieron, sus ojos ignoran que cada cierto tiempo en las noches del antiguo mes octavo, Julieta hilvana… lunas de fieltro semitransparente e irrefutable color rojizo.

jueves, 8 de octubre de 2009

Msj hipertextual Butoh

Nos fuimos quedando sin voz y ciegos
Monolitos de hueso y carne mirando a la distancia.


Podría uno quedarse callado y el tiempo, el tiempo pasar sin recuerdos… sin memoria...


Sin memoria
podrían nuestras voces envejecer en una hoja amarilla
y después desprenderse y caer desde un árbol en la esquina más distante de tu casa,
un atardecer cualquiera
en que alguno de los dos, sin más motivo que la distancia

se quede callado.

Nos fuimos quedando sin voz y ciegos...



Hipertexteando
Bits de octo 09

viernes, 2 de octubre de 2009

Negro oscuro

Negro oscuro colgado en el mercado de pulgas de la lagunilla, D.F. Mex, 2009


JojojojojoJOJOJO

Ps no sé donde me perdí, el caso es que en el aviso clasificado del mismísimo periódico anterior venía un anuncio que decía así:

El vociferante es un poeta arrepentido, de ahí su exaltación.

Total, cuando vas al link que tiene de referencia (porqué en esta época de troyan warm, los teléfonos ya son obsoletos), te encuentras con la siguiente y extraña forma de narrar el hecho (¿no era un aviso clasificado?)
}:-[]¨.."../.~¬
Negro muy oscuro
.
...Me contó mi sombra que por debajo de la lengua...
DB

Porque no me miran a los oídos
gritó a diestra y siniestra
el (desaforado) conductor del auto negro oscuro,
tras sus gafas de color negro oscuro,
una noche donde nadie contestaba
y solo se oía un ruido parecido a un sonido negro oscuro.

Bbbzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Más tarde,
veinticinco veces bbbzzzzzz,
fue a sentarse donde otros colegas tan dudosos como él
y su traje negro oscuro.

Ante tan profundo bbbzzzzzz,
las miradas de todos los ausentes,
miríadas,
legiones infinitesimales de miradas
(miríadas, insistió el ciego),
cual ojos de moscas
frente a la miel atrapada en un tarro de cristal ambarino
se oscurecieron,
que remedio,
en el vacío de una canaleta diseñada por EmCi Escher.

Con los labios morados,
azulosos,
casi negro oscuro,
el conductor del auto negro oscuro
vertió sus últimas lágrimas diatribas
al darse cuenta del desprecio de Fuenteovejuna por las corbatas rojas
y la ausencia de poesía en las calles de Moneda esquina con Iesus maría.

Ayes,
ashes
y auches
salidos de boca de todos y ninguno,
se escucharon esa misma tarde u otra cualquiera,
a la salida del café botica en el quiebre de Regina,
casi esquina con Mesones,
donde un obsexo señor de traje negro oscuro
se reía a carcajadas (hasta la micción involuntaria)
sin saber ni siquiera o en aras de qué.

Días bbbzzzzzz,
nunca semanas después,
el conductor del auto negro oscuro
con los puños crispados,
como pudo sacó un pañuelo negro oscuro
del bolsillo exterior de su saco negro oscuro
(tremenda hazaña lasagna, ya que tenía los puños cerrados)
y sin comprender bien a bien el resultado,
se retiró a hacer un auto negro oscuro
de contradictoria contrición voluntaria
por los siglos de los siglos.

Emán.



Al sur de la furia...