jueves, 16 de abril de 2009

Piso 19


Sombra

Rambla Mahatma Gandhi, Mtv. Uy. 2008 Lucas Matus



Los otros no ven lo que en realidad somos,
sino lo que nos empeñamos en querer mostrar…



Bruno sintió una vibración catastrófica en su cercanía.
No era el piso lo que se movía convulso,
fue un mensaje de texto lo que lo cimbró.

En ese momento todo giró en el piso 19.
Miró a su alrededor pero nadie parecía estar mareado como él.
Definitivamente era un temblor propio,
cuyo epicentro parecía estar a la izquierda de su pecho.
Por instinto quiso escapar,
huir lejos del inminente derrumbe.

Salió a la terraza con un ancla en los pies para no aventar los ojos al vacío.
Se acercó al borde,
sacó y encendió un cigarrillo,
en tres bocanadas quiso resolver la situación,
pero se sintió como una veleta al viento,
sin sextante y sin Ariadna.

Como pudo llegó hasta el cubo del ascensor.
Una vez ahí y a pesar del vértigo del cisma,
se le dibujó en la boca una sonrisa de ironía.
Miró de soslayo para ver si alguien se acercaba,
sacó de su bolsillo un marcador indeleble
y con mano firme escribió una sentencia sobre el tablero de botones: Descensor.

Desorientado y mudo abandonó el edificio,
salió a la calle justo a un costado de la embajada norteamericana
y escupió dos veces.
Una por el colonialismo
y la otra por la angustia nauseabunda que experimentaba.

Después de caminar sin rumbo sobre el Paseo de la Reforma
se detuvo a escuchar el ruido de sus pasos,
pero no escuchó nada,
como si sus pies no hicieran contacto con el suelo.
Ni siquiera pegando el oído al pavimento pudo escuchar la mínima sombra de algún eco.

Con la certeza de que todo es mentira
incluso hasta la emancipación de la ángel atrapada en su columna,
se fue por ahí,
vacío, hueco,
caminando con sus pasos de fantasma.

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