lunes, 18 de mayo de 2009

Montevideo sin Benedetti...

Tengo tantos muertos hechos polvo entre las manos,
que mi voz
ya no es más que un murmullo de hojas secas al filo de una despedida.

Tengo el sueño detenido detrás de los párrafos abiertos,
el insomnio constante de una estatua en la plaza Cagancha
y el miedo fúnebre de una mañana sin adiós.

Tengo hielo en la garganta
y una hilera de blasfemias hechas nudo,
listas,
dispuestas
para hacer la guerra al dios Moloch
y tomar venganza…

Tengo la soledad muda de las piedras
y el frío de una casa abandonada
que se aferra a la humedad angosta de las puertas que ya no son entrada.

Tengo tres acordes de guitarra repetidos,


tengo nada…


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