Al final eres el piso sobre el que estás parado.
Y no importa entonces la densidad de las sensaciones,
ni quizá el color de cada una de ellas,
tal vez no importa nada…
Y podés caer una y otra vez,
una y otra vez
y nunca llegar…
¡Y tampoco importa!
La radio suena,
ni fuera, ni dentro,
solo suena
y me dan risa los poetas automáticos, y las reglas gramaticales y la sintaxis y como suenan las palabras
¡y tampoco importa!
Pero la risa no es la risa.
Y se dibuja
y tal,
se mueve por la sala, el pullover, la estancia, los brazos o las piernas o tu espalda, qué sé yo…
¿Caer?
¿Donde es caer?
¡Si al final eres el piso sobre el que estás parado!
Soy "la Serrana" -desde Montevideo sin Benedetti- absolutamente halagada como casi siempre desde que te conocí, allá en el piso 19 frente a la ángel.
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